jueves, 27 de septiembre de 2012

Vengeance

'Venganza'. Puede sonar divertido cuando no has vivido su significado. Imagina que dentro de mí, se esconde un gran rencor guardado hacia tu miserable y despreciable existencia. Imagina también que, después de todo lo ocurrido, decido vengarme. Hacerte daño. Verte sufrir.
Imagina que veo pasar tus largas y finas piernas caminar mientras me escondo en un viejo Hudson entre numerosos paquetes de somníferos y varias armas blancas tiradas por el suelo de mi vehículo. Te veo pasar, tu rubia melena se desenreda con cada paso que das y yo decido seguirte. Bajo de mi coche, me dirijo hacia ti que, después de una noche llena de alcohol y música electrónica, sólo estás deseando llegar a tu habitación y estirarte hasta que el sueño te haga presa suya. Voy detrás tuyo y puedo analizar cada uno de tus movimientos; te sientes observada, hay alguien detrás tuyo y eso te incomoda. Preciosa, esto es sólo el principio. No puedo esperar más. Te cojo de la cintura mientras te pido, irónicamente que huelas mi sucio pañuelo lleno de cloroformo. Puedo oír tus gritos cargados de terror, debes preguntarte qué está pasando. Pero ni yo lo sé. Caes a mi pies, te cojo en brazos cuidadosamente y te invito a entrar a la parte trasera de mi coche. Nos dirigimos hacia mi casa. Carcajadas y más carcajadas.
Levantas tu pequeña cabecita y me miras con los ojos cansados y una expresión facial que significa '¿Qué hago yo aquí?'. Estas aquí porque quiero demostrarte todo mi odio y, ¿qué mejor forma que la dulce venganza? Vamos, acércate, nena. No te haré daño.
Al cabo de cinco minutos te has despertado del todo, intentas pedir ayuda pero un grueso pañuelo de papel te tapa la boca y apenas pueden remarcarse las comisuras de tus labios. Tus ojos, azules como el cielo que me prometiste algún día, se han vuelto rojos de odio. Rojos de sangre. Rojos de terror. Y todo ese terror está manifestándose en forma de lágrimas. Me acerco lentamente a tu cuello y con voz enfermiza empiezo a cantarte un fragmento de una de esas canciones que me recuerdan a ti:

'Ahora te diré todo lo que he hecho por ti. 
Cincuenta lágrimas que lloré. 
Gritando, mintiendo y sangrando por ti, pero tú
seguías sin escucharme'

Apenas puedes respirar y puedo escuchar los latidos de tu infectado corazón. ¿Te arrepientes, querida? ¿Vas a pedirme perdón por todo el daño causado? Aunque lo hicieras, eso ya no tiene importancia para mí. Yo sólo quiero tu odio y tu dolor. Quiero disfrutar de cada gota de sangre que derrames. Haré que acabes gimiendo de dolor. Eso es la venganza. Pueden decir que he perdido el juicio, pero si algo tengo claro es que no vivirás para presenciar mi juicio. 

2 comentarios:

  1. Me gusta como haces que un asesinato suene casi erótico. Crea una sensación guay.

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